Monday 21 November 2016

El bienquedismo

¡Oh - Oh!

Hoy vengo a lanzar un post algo más filosoffico; del tema de los valores y esas cosas.
Si si si, sigue leyendo, que tenemos que hablar de ésto porque a este paso nos los devoran los tiburones, los racistas o los idiotistas.

Para hacer más amena la lectura os pongo una canción:

https://soundcloud.com/adri-falkenberg/jos-gonz-lez-stay-alive

Primero, creo la tecnología ha evolucionado a una velocidad a la que los ciudadanos de a pie, vamos a decir, que le hemos acompañado con selfies. La tecnología nos ha abierto un escaparate que nos ha pillado con la trastienda en culeiros. En pelotas. Naked.
Nos hemos acicalado el pelo, los morritos y el perfil bueno para la foto, pero nos hemos olvidado de invertir en nuestros valores.

Es de hace tiempo sabido que las personas nos íbamos a convertir en empresas, con nuestra marca personal, nuestros valores, nuestra misión y nuestra visión.
Pero es curioso como estos últimos conceptos se respetan y definen escrupulosamente en los negocios, y sin embargo nosotros como personas que integran esas empresas, lo hemos dejado no se, para otra vida en Jupiter.
Sí, vale, todos tenemos una cierta serie de valores que cuidamos, una visión general, una marca, una visión...pero ya va siendo hora de que lo mantengamos como si de una obligación moral se tratase. Y luchemos por que se respete, súperhéroes sociales.




Tengo la sensación de que con esta apertura de escaparates personales que nos ha dado la digitalización de nuestras vidas (no solo redes sociales, también whatsapps y demás métodos de comunicación instantánea) hemos pervertido el tesoro de nuestra esencia.

Hemos pasado de jugar al "Snake" en el Nokia, a decorar nuestro escaparate virtual para que desde fuera nos vean de una forma que muchas veces no se corresponde con el proceso de producción que tenemos en la tienda real (siguiendo el símil de un pequeño comercio).
La superficialidad, la falsedad social o la necesidad del bienquedismo han arrasado con los árboles del camino en búsqueda de likes, y han abierto la puerta a enormes problemas sociales a los que nos enfrentaremos para siempre.

El tener un teléfono inteligente también parece que nos obliga a estar disponibles sí o sí.
La sociedad está cansada, agotada, o no?
El juego Snake del Nokia se nos ha ido de las manos y nos ha pillado desprevenidos.
Parece que no, que lo tenemos controlado; pero ¿qué empresa está abierta 24 horas al día, 365 días al año, con mínimo 20 grupos de whatsapp y 300 mensajes cada uno, mínimo 2 direcciones de email, unos 3 perfiles en diversas redes sociales, y una vida real que mantener?
Esa empresa habría cerrado por agotamiento!
El nivel de estrés que se vive como normal en la sociedad actual, se hubiese considerado hace años como enfermedad.



Por eso creo que hoy más que nunca es absoluta y rotundamente imprescindible definir nuestros valores, nuestra visión, nuestra misión, nuestra marca personal.
Lo que no permitimos y lo que premiamos como miembros de esta sociedad.
No creo que sea una tarea de mañana o pasado, creo que es necesario empezar YA.
Necesitamos nuestra hoja de ruta personal que nos haga fuertes ante estas aguas revueltas sobre las que navegamos.
Un sistema político actual que se aleja irremediablemente de nuestras necesidades; una concentración de poder que busca no perder su dinero corporativo; y una tierra saturada y asfixiada.

Deberíamos aterrizar hasta las uñas de nuestros pies los valores por los que no dejaremos que nos pisoteen. Navegarlos por la sangre de nuestras venas hasta nuestras manos, ojos, boca, oídos o nariz; despertar todos nuestros sentidos y salir del escaparate. Ya volveremos para colgar nuevos descubrimientos o las bellezas del camino.
Oler, escuchar, mirar, tocar, saborear.
Descansar del escaparate digital y salir al aire libre.
Premiar con nuestro dinero los negocios que cuidan nuestra salud y la de nuestro entorno, castigar los negocios que no nos cuidan.



Y volviendo al "bienquedismo", el sentirnos expuestos en nuestra vida personal con eso de tener 400 aplicaciones que nos conectan a los demás; nos hemos convertido en mini personajes políticos, que no condenamos lo que no nos parece bien, por miedo a perder votos. Por miedo a perder likes.
Decir directa y honestamente la verdad te etiqueta de borde o de bruta, en vez de luchadora por un mundo mejor para todos.
Creo que la superficialidad y el decir/hacer lo que todo el mundo dice que hay que decir/hacer es una mediocridad para el mejor futuro que tenemos que crear.

Creo que es importante a día de hoy invertir en la naturalidad, la autenticidad, la libre expresión, no avergonzarse de ciertos gustos, estar orgulloso de uno mismo, no tener miedo al "que dirán", no pensar que uno es "friki" por intentar ser una persona respetuosa con el medio ambiente, el saber respetar al espacio vital de cada uno, el desarrollar nuestros sentidos para lo que ocurre a nuestro alrededor. ¡Tenemos que ser más inteligentes que las máquinas! Mucho más inteligentes que nuestros "smart"phones.

En línea con este tema, casualidad hoy me he encontrado un artículo de El País de este domingo.

Espero no estar violando derechos de autor, voy a compartir algunas líneas muy buenas escritas por Carlos González bajo el título de "Líderes con soberanía interior". Aquí el artículo:

http://economia.elpais.com/economia/2016/11/17/actualidad/1479395569_022831.html

Y aquí unos pequeños párrafos:

"Soberanía interior es recuperar la virtud de la prudencia, del pararnos, del observar, del tomar conciencia y estar presente, del reflexionar y cuestionar paradigmas, del aprender a gestionar las emociones desde la humildad...No todo es caer bien, recibir miles de likes, actuar y actuar y actuar, ni lo mejor es citius, citius, citius..."

"Líderes que construyen soluciones en vez de enemigos y muros; líderes que dan ejemplo de valores y coherencia, no de gestos oportunistas; líderes resilientes que ante la adversidad trabajan más duro, no que corren a desacreditar a la competencia o culpabilizar al otro porque no le entiende, o al suyo porque le ha decepcionado..."

Qué bueno lo que dice, no?
Cuánta verdad eso de no correr a desacreditar a la competencia o culpabilizar al otro.
En vez de esforzarnos por crecer como personas mirando hacia nuestro interior, vivimos en una sociedad en la que es mucho más fácil crecerse a través de aplastar al de enfrente. Es más fácil criticar a otros en vez de mirar dentro y corregirnos para ser mejores personas.

Carlos González sigue en su artículo y ya voy terminando:

"Recuperar la soberanía interior es recuperar la habilidad de responder de forma consciente, pensando en el conjunto, en el ahora y en el futuro, desde el ejemplo, con valores, sin prejuicios, desde el esfuerzo personal...para responder de forma socialmente responsable"

Tenemos que dar un drástico giro a este mundo al revés; vemos que desde los gobiernos y desde las grandes compañías no es posible, es una maquinaría lenta pero somos nosotros las personas las que la hacemos funcionar. Y si en vez de engrasarla con los prejuicios, la envidia o el miedo, la engrasamos con el respeto, la conciencia y la responsabilidad social...nos dejaremos de quejar de los problemas porque estaríamos trabajando en su solución.

Keynes dijo: "La gran transición en la historia empezará cuando el hombre civilizado se atreva a asumir el control."


Y bueno, creo que para un lunes de comienzo de semana esto es más que suficiente.

Ya si eso vuelvo otro día con un post más light de otro de mis lugares favoritos de Bilbao.

Un beso a todos, a descansar,

Sofi.


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