Friday 10 January 2014

Un pijama, dos políticos, tres pijamas...

Me voy a atrever. Voy a ponerle ganas y voy a hablar de política, economía, sociedad o una mezcla de todo. Desde un conocimiento lejos de ser experto, pero escuchando a mi sentido común, que para eso es el menos común de los sentidos.

Estamos en el 2014, año utilizado por algunas películas de ciencia ficción como representación del Futuro. Esa Era en la que todos nos imaginábamos conduciendo coches voladores, vestidos con trajes plateados como si viajásemos a la Luna diariamente, comiendo a base de pastillas de lentejas concentradas, o teletransportándonos a la cama después de una noche de fiesta.
Pero no.
Volvemos a utilizar pantalones campana, los coches siguen circulando por carreteras, seguimos disfrutando de un plato de arroz a la cubana, rezamos a todos los santos por la invención del teletransporte y el poder sigue abusando del poder.

Es mi sentido común el que habla. Y no entiende nada de lo que ocurre a su alrededor.
Él es consciente que el poder siempre ha cegado a las personas, que toda la vida los reyes han tomado decisiones abusivas sobre su pueblo, y "entiende" que eso era habitual en épocas donde las noticias tardaban semanas o meses en conocerse, donde la información disponible para el pueblo era absolutamente limitada. Donde los medios de comunicación eran escasos, o donde las mujeres ni siquiera tenían derecho a votar o trabajar.

Pero mi sentido común flipa en colores con la situación a la que ha llegado este país llamado España, en una Era que dista mucho de esas épocas arcaicas.

¿Es normal que este 2014 arranque con la hija del Rey como portada de periódicos y revistas internacionales? Y no precisamente por sus maravillosas vacaciones veraniegas en Mallorca o invernales en Baqueira.
¿Es normal que la sede del PP, partido político que gobierna este país, fuese registrado por la policía el pasado 20 de diciembre y no exista explicación alguna al respecto?
¿Es normal que políticos y más políticos, de cualquier color y bandera, roben dinero que ni de lejos se merecen?
¿Es normal que la gente que ha gobernado este país durante años, no haya trabajado en su vida? ¿Que su "carrera política" sea lo más parecido a un trabajo? Una carrera que consiste exclusivamente en hacer la pelota, y hacer la pelota, y prometer favores y más favores para luego tener que devolverlos.
¿Es normal que esa misma gente que no ha trabajado en su vida, se permita el lujo de tener rentas vitalicias y jubilaciones de oro?
¿Es normal que esa gente que no ha cogido diariamente el metro en hora punta para ir a trabajar, tome decisiones sobre transporte o infraestructuras de este país?

Pero no sólo es eso, sino que encima se permiten el lujo de destruir el bienestar social de este país. Destruir el bienestar social.

Ante la indignación continua de mi sentido común, decido buscar en wikipedia la definición de "bienestar social". A ver si consigo responderle algo!
Las primeras líneas dicen: "El bienestar social se le llama al conjunto de factores que participan en la calidad de la vida de la persona y que hacen que su existencia posea todos aquellos elementos que dan lugar a la tranquilidad y satisfacción humana."

Me entran ganas de dejar de escribir. Qué le digo yo ahora al colega sentido común.
Tranquilidad?
Satisfacción humana?
Calidad de vida??!!!!
Eso sí que es ciencia ficción!

Estamos en el 2014, con nuestros pantalones campana y nuestro internet que nos comunica instantáneamente con la otra punta del mundo, pero con unos gobernantes que hacen todo menos tomar decisiones que favorezcan nuestra calidad de vida.
Gobernantes que con el dinero que nosotros les pagamos, además de costearse sus lujosas comodidades, no son capaces de tomar decisiones que nos ayuden a vivir tranquilos.
Gobernantes que encima se permiten el lujo de privarnos de las pocas libertades que creíamos tener.

Mi sentido común me reprocha que no hagamos nada, me reprocha que nos quedamos de brazos cruzados ante tanta injusticia, ante esta progresiva pérdida de libertad, ante esta destrucción del bienestar social.

No sé qué responderle, no sé por donde se empieza. Porque el cuerpo me pide destruir inmediatamente la clase política y reinventarla de cero. Adaptarla al cambiante mundo actual. Mi cuerpo me pide actualizar leyes, eliminar privilegios sin sentido y meter a la cárcel a muchos ladrones de guante blanco.

Mi cuerpo me pide invertir en educación, en recuperar los valores perdidos y sueña con algún día organizar una multitudinaria manifestación en pijama.
Si, he dicho PIJAMA. Todo el mundo en pijama por las calles de su ciudad.
Sin necesidad de poner etiquetas políticas ni con una pancarta llena de palabras vacías. Sino un acto simbólico de necesidad de atención a lo más simple y básico. Como símbolo de agotamiento con la situación política, económica y social. Como reclamo del ciudadano de mayor tranquilidad, satisfacción y calidad de vida. Como reclamo de Bienestar Social.

Me podréis llamar loca, me podréis llamar soñadora. Lo que queráis.
Pero el día que notéis que se empieza a hablar de los pijamas más de la cuenta, os acordareis de mi.
Y el día que salgamos a la calle a manifestarnos en pijama; me seguiréis llamando loca, pero sonreiréis.

Hasta entonces, seguiré escuchando al sentido común, que parece que tiene ganas de hablar.

Ya os iré contando!






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