Tuesday 20 October 2015

I interview, You interview, She interviews, We interview.

Bueno pues me arranco con otro post sobre el aterrizar en Australia: la experiencia de mi primera entrevista aquí.

Tenía muy claro mis dos prioridades al aterrizar en este país: casa y fuente de ingresos.
Mi sueño es ser escritora, pero de momento aparte de entretener a algunos de vosotros, no gano ni un centavo de ello! Este país es muy caro, así que importante buscar una fuente de ingresos que compense los gastos! Y luego ya podré ponerme a escribir, surfear y volver a viajar.

El caso es que cuando finalmente me instalé en las antípodas, primero tiré de experiencia de Accenture para buscar un puesto de trabajo que me ayudase a asentarme.
De eso que un día recibo una llamada de una voz muy alegre y extrovertida, que me propone una entrevista dentro de dos días; en una empresa de marketing. Tras una breve conversación, quedamos en que me enviaría los datos por email, para saber donde tengo que ir.

Pasa un día y no recibo email; así que tras dejar pasar un tiempo prudencial, vuelvo a llamar a la señorita para comentarle que no he recibido mi email.
"Uy que raro!" me responde.
Le vuelvo a deletrear mi email para confirmar que está correcto. Me dice que me lo vuelve a enviar. No me llega.
Le propongo que me mande la dirección por SMS. Tampoco me llega.
Estamos en la mañana de la supuesta entrevista, a una hora y media de tener que presentarme ahí. Le llamo dos veces y no responde. Se convierte en un reto para mí. Ya no por la entrevista en sí, sino por poner a prueba la situación en sí. Huele a chamusquina? Pues déjame que me meto de cabeza a ver qué pasa con esta falta de profesionalidad.

Finalmente me responde al teléfono, y al querer confirmar mi número, me lo repite con un dígito equivocado. Le corrijo, y finalmente me llegan los datos de la empresa y la dirección a la que tengo que acudir. Dada la hora en la que me ha desvelado la dirección, obviamente en transporte público no llego, así que tengo que pedir un coche a través de Uber.

Llego al lugar, tal cual...entro para la entrevista, y no dura más de...3 minutos.
Me hacen rellenar un pequeño formulario, me preguntan a ver si estoy acostumbrada a hablar con gente y a ver si me gusta. Le respondo que sí, pero le añado la pregunta de "En qué contexto?"
"En fashion shows, etc..." me responde el colega
"¿Fashion shows?" (Esto definitivamente es una broma).
Termina la "entrevista" que dada la corta duración, le comento: "Vaya, menuda entrevista más larga" "Oh, it is just screening interview" (Screening? Juraría que eso hacen los escáners de la policía de los aeropuertos)

El caso es que esa misma tarde, me llaman para decirme "Congratulations!!! You have passed your fist interview!" (Menos mal que no llevaba ningún kalasnikof en el bolso). Y me convocan para el día siguiente, viernes, a las 10 de la mañana.

Me vuelvo a poner mi ex-ropa de Accenture que cariñosamente traje desde Bilbao, y procedo a acudir a la entrevista. Sólo me han dicho que lleve un cuaderno.
Llego, y blablabla, otro cuestionario a rellenar, y un texto que tengo que firmar, en el que concedo mi día entero a la entrevista. (Ok, veamos qué sucede).

Nos dividen a todos los que estamos en varios grupos, a mi me juntan con una canadiense que lleva las mismas gafas que yo, y una chica india muy dulce; junto con la "jefecita" de nuestra entrevista, americana.

Y lo siguiente lo voy a compartir en bullets, porque sino se va a hacer un post muy largo:

- Nos llevan a la calle, la entrevista se realizará "outdoors". (Yo pienso, mira que bien, que interesante. Han cambiado los procesos de selección y ahora se hacen en la calle! - ilusa de mí -)
- Nos proponen entrar en un Seven Eleven por si necesitamos comprar algo ya que hasta la hora de comer no vamos a parar. (Yo, agua y un plátano --> 5 AU$)
- Nos llevan andando hasta la estación, donde cogemos un tren a yo que coño se donde (3AU$)
- En el viaje nos empieza la americana a hacer preguntas, y a explicar cosas que tenemos que apuntar. Nos empieza a hablar de las claves para ser una persona de éxito, y nos empieza a dejar caer temas de "direct marketing". (Ojo al dato la americana habla como si cada mañana desayunase con Bill Gates)

- Después de unos 40 minutos de tren, y alguna broma de las mías tipo "Vaya! Parece que nos vamos a Nueva Zelanda a la entrevistita!", nos bajamos, y empezamos a patear bajo el sol.
- En un momento nos paramos, y nos repartimos en los distintos grupos que se habían formado. Nosotras a "Victoria Street" (no Victoria Secret, casi).
- Y así es como comienza "una entrevista" donde acompañamos a la chica ésta de casa en casa, de puerta a puerta, a conseguir afiliados para una organización de charity de doctores que se disfrazan de payasos para ayudar a niños enfermos.
- Yo en mi línea, "vamos a sacar algo bueno de esto", y actitud totalmente optimista.

- Bajo el sol "primaveral" australiano, vamos de una puerta a otra.
- La canadiense empieza a irritarse, y me empieza a comentar por lo bajini que ella pasa de esto. Yo le digo "bueno, vamos a terminarlo, no vamos a dejarlo a la mitad. Siempre aprendes algo de todo."

- Dentro de mi pienso una cosa: respeto absolutamente el trabajo de direct marketing y de ir de casa en casa, porque debe de ser agotador. Pero sólo lo haré si es para vender mi propio producto, mi libro.

- La chica americana disfruta de tenernos cual perritos falderos, mientras ella va tocando a las puertas. Y mi "mentalidad Accenture", acostumbrada a enseñar a gente nueva que entra en los equipos, se sorprende que ella no se moleste en que practiquemos o algo del estilo.
- Es decir, lo lógico sería que nos explicase cómo aborda a los pobres abueletes a los que invade en la puerta de su casa. O incluso que nos proponga hacer una prueba y tocar a una puerta y hablar nosotras no? Pero no, simplemente quiere que le sigamos. O eso me responde cuando le hago preguntas incisivas mientras disfruto de las preciosas casas australianas.

- La canadiense quema su paciencia, y decide marcharse. (Yo vamos, no me podría ir ni de coña, sin batería en el móvil, absolutamente perdida en mitad de una urbanización de casas individuales en no se sabe donde de las afueras de Sydney).
- Seguimos la chica india y yo, que resulta ser encantadora y estamos de charleta mientras la americana motivada sigue tachando números de hogares tras su discurso vendedor.
- Blablablablabla, por fin llega la hora de comer: 14.00. Cuatro horas desde que he llegado al lugar de la entrevista, y por cierto, con el asa de mi "bolso Accenture" roto.

- Nos paramos a comer: unos...15 AU$ que tenemos que pagar cada uno.
- Nos juntamos con el resto de equipos, y los "líderes" que teóricamente entrevistan, no se cansan de mostrar su súper buen rollo y lo bien que se llevan.
- Terminamos de comer y la americana nos explica los rangos salariales; y la cantidad de dinero que ganan sus jefes, los barcos y yates que poseen.
- Todo esto es surrealista, pienso.
- Recogemos las cosas para seguir por las casas, porque hasta las 18.00 no vamos a parar. La chica india me dice que ella se va. Estamos al lado de la parada de tren, así que decido unirme a ella en la escapada.
- Adiós Adiós amiga!! ¿Qué farsa es esta?
- Vuelta en tren (otros 3 AU$) donde la chica india me cuenta que ahora entiende porqué no le querían responder a ninguna pregunta de las que hizo en su primera entrevista.
Y entonces me acuerdo del "Fashion Shows" del colega de la entrevista del kalasnikof y me entra la risa.

AL GRANO. A LO QUE QUIERO LLEGAR DESPUÉS DE TODA ESTA CHAPA:
- Toda la "entrevista" en sí, consistía en que si aguantas el día entero vendiendo de casa en casa, te cogen.
- Eso sí, por sea caso te han hecho gastarte....en mi caso....unos 26 dólares. (Waouh con los yates y cochazos de los jefes)
- Y digo yo, quien se merece ser entrevistado hoy en día?
- Es decir, me da la sensación que las cosas tienen que cambiar mucho en el mundo de la búsqueda de trabajo.
- En casa me dirían que suena pretencioso, y deje de decir bobadas; pero creo que hemos llegado a un punto en el que las empresas que buscan empleados deberían medirse de tú a tú con la persona entrevistada.
- Es decir, vale que eres tú el que tienes la vacante; pero quién tiene el TALENTO que TÚ buscas? 
- Creo que todo el sistema de "recruiting" de las empresas debería cambiar. Lo siento, no sé cómo sería el formato ideal; lo pienso y no lo encuentro, porque obviamente no es fácil.
- Pero el completar tu conocimiento en una hoja de Word llamada "Curriculum" o "Résumé" me parece que fríamente deja atrás millones de cualidades que en un primer filtro no son valoradas.
- Una "Cover Letter" podría añadir información adicional, pero tienes libros y páginas webs que te dicen cómo redactar las cover letter perfectas, por lo tanto, todos igual bajo el mismo formato.
- Seguimos en la misma línea de ser todos un ejército y hacer todo igual? NO deberíamos pero SI.

En resumen, que no sé cuál sería el proceso de recruiting ideal; sobretodo complicado considerando la cantidad de gente que vivimos en este mundo.

Ya os iré contando más aventuras sobre la búsqueda de job, no os creáis que es mi única aventura! Pero espero que no os quedéis dormidos en el camino.

Me despido con una frase de Ernest Hemingway que dice:
"If something hurts you in life, use it in your writing". 
= Si algo te "hace daño" en la vida, úsalo en tu escritura.


Besos y abrazos.





Saturday 17 October 2015

La Vasca en Sydney

Hola!

Bueno, se me ha ocurrido que podía compartir un poco qué es esto de instalarse en una ciudad en la otra punta del mundo no? Realmente muchas cosas de las que no hablo aquí en Karikakos, es porque quiero guardarlas para el libro. Pero algunas veces me entran las ganas de escribir aquí en el blog y ya sabéis...pues lo hago.

Sobretodo porque ya tengo mesa en mi cuarto, así que ahora es más fácil sentarme, concentrarme, y ponerme a escribir. ¡Tengo mesa! Dios santo, menuda aventura ésta de secuestrar una mesa de la calle. Ayer por la tarde, volviendo de mi rincón playero "secreto" descubrí en mi barrio un SUPER supermercado. www.aboutlife.com.au
Es un supermercado donde todos los productos son orgánicos, el cartel de entrada dice lo siguiente:

"Our food promise to you is to offer real food:
- No artificial preservatives
- No artificial sweeteners
- No artificial facts
- No antibiotics or growth hormones in our fresh meat, seafood or dairy
- No hydrogenated oils
- No artificial colors
- No bleached flour
Independently owned and operated since 1996."

Bueno, pues vamos a decir que es el supermercado perfecto, no? Productos naturales, directos de la granja, y todo puesto con este gusto...australiano. Cuidando el detalle, práctico, relajado pero funcional. (ya sacaré más fotos y os enseñaré mejor cómo es)

Y nada, ahí estaba yo feliz recorriendo y descubriendo el sitio, cogiendo un producto por aquí, curioseando otro por allá, oliendo cremas de cuerpo y champús... 
Me hago con una compra que finalmente asciende a 130 dólares! Oh Oh! Me hago tarjeta de fidelización, me compro la bolsa para llevar la compra, estoy de charleta con el cajero de rasgos asiáticos con ojos azules...y nada, procedo a volver a casa con mi nueva compra cargada bajo el brazo.

Empiezo a subir la cuesta que me lleva a mi casa, y de repente...peligro. Una mesa de madera en mitad de mi camino, al lado de las basuras.
Muy típico en Australia encontrarte todo el mobiliario de una casa en la calle. Si alguien decide que no quiere tener su sofá en casa, lo saca a la calle y punto! 
Entonces, cerebro de Sofia: Necesitas una mesa > Vas a tenerla que subir toda la cuesta hasta casa > No vas a poder > Necesitas una mesa > ¿Cómo que no vas a poder? > Eres de Bilbao, basta que no puedas para que lo hagas.

Me entraba la risa a mi misma durante mi hazaña "up to the hill", cualquiera que me viese... Cargando con la mesa como si fuese una tabla de surf (pero pesando 100 veces más), teniendo que parar de vez en cuando para descansar y cambiar de brazo. Sudando la gota gorda y maldiciendo mi afán por escribir y mi consecuente necesidad por una mesa.

Pero aquí está: encantada en mi cuarto. Parece el pupitre de una alumna de los años...yo que se qué años...pero de una alumna castigada contra la pared. Pero oye, feliz os escribo sentada aquí! Por fin se van ordenando mis libros, cuadernos y papeles; y por lo tanto empiezo a poder escribir como dios manda!




Aquí están algunas fotos de mi cuarto, una pena haberme olvidado de sacar alguna el primer día que vine, para que pudieseis ver cómo ha ido cambiando.

Ya os iré contando más aventuras sobre esto de instalarse en una ciudad de las antípodas!

Hasta entonces, saludos desde Bellevue Hills!

Sofi.











Monday 12 October 2015

Imagine

Imagínate a Cristobal Colón con whatsapp.
Imagínate la cantidad de miedos y sombras negras que tuvo que sortear para poder aventurarse en una expedición a través de los océanos.
Imagínate que mientras está en el barco, tiene que estar mandando fotos para enseñar a la gente que se quedó en puerto el estado de la mar, o los animales tan curiosos que va encontrando.
Imagínate al pobre Cristobal Colón teniendo que atender a todos los marineros de su barco, a mantenerse fuerte para seguir con la aventura, y encima tener que estar dando explicaciones en la tierra que dejó atrás.
Imagínate a Cristobal Colón sacándose selfies todo el rato.

Imagínate, imagínate, imagínate!!


Monday 5 October 2015

Broncarma

Pues vuelvo a escribir un poquito. Alrededor de la 1 del mediodía aquí en Australia. Lunes 5 de octubre, día festivo. Aire caliente. Estamos en primavera pero parece pleno agosto en el sur de España. Aunque pensándolo bien...estoy en el Sur del mundo!

Al grano.

Me han entrado ganas de escribir algo tan conocido como el...Karma. Fácil, sencillo, pero oh...tan sabio!

Ayer por ejemplo, Grand Final de rugby en Sydney (New South Wales) se enfrentaban dos equipos de Queensland. Australia me fascina. Os cansareis de oirlo, pero no me cansaré de decirlo. Ese pequeño descaro de los anuncios de televisión sobre el partido, la sana rivalidad entre Queensland y NSW, bañado con cerveza de Victoria...Mágicamente australiano.
Bueno, el caso es que yo no soy muy experta en rugby, y gracias a Richard, padre alemán de la familia que solidariamente me acoge en su casa; iba aprendiendo sobre rugby.
Me recordaba a cuando era pequeña y me sentaba con mi padre a ver cualquier partido y yo le preguntaba "A quién animas Papá? A los de azul o los de rojo?" (era basket u otro deporte americano que le encantaban a mi padre).
Ayer me gustó el rugby, me hacían muchísima gracia cómo se tiraban encima y se agarraban de las piernas los unos a los otros. Como niños pequeños que se pelean por la pelota (literal), pero unos maromos de 4 por 4.

Iban ganando los Broncos de Brisbane, los favoritos, y parecía que el tema estaba jodido para los Cowboys, con sus colores azul y amarillo, del norte de Queensland.
Richard estaba de su parte, los "underdogs", los menos favoritos. Así que entre eso, la curiosa combinación de colores, que sean del norte de Australia, y su cara de buena gente; me decanté por ellos al principio del partido.
Iban perdiendo, yo enganchada al deporte y al partido...cuando de repente, en el exacto minuto 80 que marca el final, un jugador de los Cowboys marca y empata el partido. Espectacular. Para la posteridad, claro.

Al marcar, tienes un "chut gratis" no? Pues el capitán y estrella de los Cowboys, Jonathan (permitidme llamarle Johnny!) de los nervios, falla el tiro de su vida. El tiro que iba a dar la primera victoria a su equipo, y lo falló. Su grito de ira e impotencia le salía tan desde dentro que nos llegó a los sofás de las casas australianas.

Empate a 16, se decide a través de lo que yo conozco como "gol de oro". El primero que marca gana.
Mágicamente un jugador de los Broncos pierde la bola, lo que da el turno al contrario. Después de un par de jugadas, por fin los cowboys marcan, y ganan el partido.
¿Quién estuvo en la posición perfecta en el momento perfecto para marcar? Johnny.
El mismo que falló la primera oportunidad, el mismo al que todos le miraban en plan "cabrón has fallado". Tuvo tan cerca el sabor de la derrota, que sacó fuerzas de no se sabe donde, y el destino se alineó con esa fuerza, para darle la merecida victoria. Y sobretodo, permitir que esa espina de haber fallado no se clavase muy al fondo de su corazón. Al revés, esa espina le dejó una herida en la ceja, pero el alma y la conciencia satisfechas y felices.

Con este símil básico pero increíblemente accurate tenemos un caso de Karma. No?
Bueno calla, los expertos en Karma me dirían que tal que cual...pero ni soy experta en Karma, ni lo seré! Sólo A + B = C.

Y con esto... OJO.





Presentación bloggera de mi primer libro I

Arrancamos la semana con un lunes lluvioso y gris en Getxo, tras haber pasado un fin de semana de vagancia total y absoluta. Creo que el hec...