Monday 22 February 2016

Karikakos y Sofia

Una blanquita europea de Bilbao.

Hola!
Si nunca has visitado este blog, te doy la bienvenida.
Si ya lo habías hecho, te doy las gracias por seguirme! No te veo, pero me hace ilusión que te interesen mis palabras.

Tengo muchos temas pendientes de los que quiero hablar en Karikakos, y ahora que se ha hecho moderno y tiene Facebook, creo que la mejor forma de empezar es presentándome.

Mucha gente me ha dicho que me expongo demasiado, pero considero que a día de hoy todos tenemos nuestros escaparates bastante abiertos, la intimidad con las redes sociales es algo delicado; y mi forma de gestionarlo es no esconder grandes cosas. Comparto lo bueno, lo malo, lo bonito, lo que me enfada... A algunos les divertirá, otros lo criticarán. Así es la vida, y así seguirá!

Me llamo Sofia, nacida donde? Pues en Bilbao, en el centrro centrro (como nos gusta decir aquí).
Una Villa especial, con un fuerte pasado industrial, y que a lo largo de los años ha ido invirtiendo en servicios, cultura, arquitectura e incluso abriéndonos al turismo!
Porque digamos que somos ciudadanos conservadores, con fuerrtes trradiciones que nos gustan. Buena comida, Buena gente y Buenos paisajes.

Me he hecho mayor en Getxo, un pueblo en la costa que podría considerarse...burgués.
Mi madre peleó para que estudiase en un colegio mixto, mi padre quería que estudiase en un colegio religioso sólo de chicas.
Como es característico de estas tierras vascas, las mujeres somos "matriarcas", de fuerte carácter vaya. Luchamos por salirnos con la nuestra. Defendemos nuestras creencias, familias o valores, con la fuerza de un harrijasotzaile (Wikipedia: levantador de piedras).
Así que mi madre consiguió convencer al bueno y divertido de mi padre, para que estudiase en un colegio mixto, bilingüe y laico (de ahí mis lagunas católicas).

Es curioso como en Getxo crecemos en una especie de burbuja, donde la gran mayoría somos amaestrados en colegios privados, muchos de ellos bilingües (Americano, inglés, alemán, irlandesas, etc.) y nos parece algo de lo más normal.
Pero cuando conversas con viajeros de otros países, te das cuenta que no es algo tan común.
Efectivamente es curioso recibir una educación en otro idioma y otra cultura absolutamente diferente a la que respiras cuando terminas tus clases y vuelves a casa con tu familia vasca!
Me lo imagino como una pequeña embajada, como si fuese un trozo de otro país en territorio comanche. Creo que eso ayuda a unirse a otras culturas.

Como comentaba, Getxo podría parecer una burbuja, colegios y universidades privadas, calidad de vida en un pueblo tranquilo (tranquilíísimo) al borde del mar, coches de alta gama, clubes sociales y deportivos, casas señoriales, etc.
Desde fuera podría parecer arrogante, pero se compone de familias que han trabajado durante muchísimos años en importantes empresas industriales, que pagan a sus descendientes educaciones que consideran de valor.
Efectivamente es delicado el límite con la prepotencia, y puedes encontrarte gente que se cree en posesión del "libro de la vida perfecta" y mira a los demás por encima del hombro (valores que aborrezco), pero la educación y la disciplina son imprescindibles.
El saber estar, el saber comportarse en sociedad, desde pequeños saber hablar a los adultos con respeto y voz segura, el saber portarse bien en la mesa!

Compaginando esta educación de burguesita vasca, pasaba muchos veranos en campamentos en Francia haciendo deporte o conociendo francesitos, en familias americanas practicando inglés, en Marbella escapando de la lluvia vasca; pero sobretodo en Lekeitio.
La niña de Getxo cambiaba burbuja y pasaba largos meses en un pueblo donde no saber euskera por estudiar en un colegio francés era algo asociado a ser "fatxa" y políticamente muy delicado.
Pero los vascos somos cuanto menos integradores y buenas personas, y los veranos en Lekeitio han sido y serán siempre una delicia.
La división entre los del pueblo y los que somos veraneantes es un clásico perenne. Los del pueblo nos han llamado toda la vida "Las Verano Azul".
Eramos una cuadrilla grande de felicianas, todas juntas siempre en bici de un lado para otro. Excursiones al Calvario (un pequeño monte donde asábamos chorizo en papel albal) o pescábamos cangrejos (lo que nosotros llamamos Karramarros...o...Karikakos?! :-)
Unos veranos divertidos de mucha naturaleza, pocos adornos y planes simples.

Las diferencias políticas vascas no sólo se traducían en atentados o manifestaciones, sino que nosotras también durante la adolescencia, acabamos dividiéndonos en dos. Las que podríamos llamarnos "Las Benetton" y las que eran más Borrokas.
Me acuerdo de esos veranos perfectamente, yo volvía de Marbella enamorada de tantos extranjeros que olían super bien, pelos rubios repeinados. Llegaba a Lekeitio y algunas de las amigas estaban en la playa con botas de monte, ropas negras y greñas. Los primeros días de adaptación eran cuanto menos curiosos pero en absoluto tormentosos!

Veraneábamos en Lekeitio porque mi abuelo, Alberto Ceniga, nació allí. En mi futuro libro existen unas páginas dedicadas sólo a él, porque era una persona muy especial.
Cual patriarca, cuidaba de la familia y que creciésemos valorando el esfuerzo, el trabajo y el respeto. Era director de la fábrica Formica, y viajaba muchísimo!
Siempre nos traía productos exóticos de cualquier país que visitaba. Me acuerdo que aparecía con pistachos de Irán, zapatos de Londres o Mickeys y Minnies de Estados Unidos. En aquella época eran para mí miniaturas de la existencia de otros mundos! Será por eso lo de mi espíritu aventurero.

Mis padres me tuvieron muy joven, y yo era la pequeña reina de la Tribu de los Ceniga.
Mi madre tiene 5 hermanos más, cada cual a su estilo absolutamente diferente, les he observado pacientemente y yo creo que he absorbido un poco de cada uno.
Mi tío Rafa (mi Hitler del Surf) me hacía correr como loca alrededor de la mesa del comedor de mis abuelos escapándome porque me fastidiaba levantandome la falda del uniforme y me estiraba de las braguitas.
Tenían en el trastero del garaje, junto al olor a vino de la mítica bodega de mi abuelo, un gigantesco Scalextric con todo tipo de curvas y obstáculos. Incluso simulaban barro con Cola Cao para darle emoción a las carreras.

Parece todo como una vida de niña obediente y buena! Sí sí, claro! Pero digamos que siempre me ha gustado la salsita.
No vamos a negar que no me he perdido una fiesta, un plan o un viaje.
Siempre he tenido problemas para volver pronto a casa, nunca he sido de las primeras en marcharme de las discotecas (la típica frase de "Pero qué está abierto a estas horas?") ("Es que es mejor volver de día!").
He tenido muchos ligues y sólo un novio que me cuidó muchísimo cuando mi padre estuvo enfermo de cáncer y murió a los 44 años. "

Esto fue justo el verano antes de irme de Erasmus. Fue difícil tomar la decisión de marcharme un año a Bruselas, dejando a mi madre y hermanas solas en Bilbao. Pero siempre ha habido algo dentro de mí que buscaba nuevas aventuras, que anhela abrir puertas nuevas y aventurarse en nuevos territorios.

En la universidad teníamos cada semestre un par de asignaturas que te quitaban el sueño.
En línea con eso de que me gusta la salsita, y sin que sirva de precedente para las generaciones más jóvenes, vamos a decir que era un poco liante en el tema exámenes.
Controlaba el mercado de contrabando de apuntes y exámenes de otros años; siempre iba junto con mis amigas, dos horas antes (cuando el sol casi ni había salido) a coger sitio para poder copiar. Algunos me siguen llamando "La Trapis". ¿Yo? Pero si soy un angelito!

Os voy a contar alguna anécdota trapis.
Un año teníamos un parcial de derecho, que además liberaba materia (un buen tocho) para el examen final. Primero tenían examen los de A, y cuando terminasen nos tocaba a nosotros.
Pues en mi línea no se me ocurre otra cosa que proponer a mis dos amigas (lo que se llamaría unas auténticas "Partner in Crime") a pegar la oreja en la puerta para ver si escuchamos lo que dicta el profesor. Mientras una vigilaba y apartaba al resto de la clase del pasillo, dos de nosotras pegadas a la puerta escuchando cómo el profesor leía en alto las preguntas del examen.
A toda velocidad corrimos la voz al resto de la clase, nos metimos todos a la biblioteca a empollar el temario, y así sacamos todos nueves y dieces. Mientras los de la otra clase rabiosos aprobando por los pelos. Fue grandioso.

Otra anécdota de la Uni, teníamos un profesor (que en paz descanse) que hacía la asignatura de Macroeconomía como el mayor dolor de muelas de tu vida.
No se le entendía nada en clase, y los exámenes no tenían absolutamente nada que ver con lo que había en el libro.
Dos días antes del examen, revisando unos apuntes de otros años, encontré una lista de libros que el profesor recomendaba. Pensé que igual eso me ayudaba a entender mejor el temario! Y de repente, ups! uno de los libros contenía unas preguntas que peligrosamente se parecían muchísimo a las de los tests de otros años.
Lo comenté con mis compañeros de clase, unos me hicieron caso, otros no.
Yo dije "ALL IN"  y me centré en estudiar esas preguntas, llevar algunas de ellas en chuleta y pasé olímpicamente de la teoría.
Bueno, pues todo un éxito. "El Libro" que descubrí acabó siendo el origen literal de todos los exámenes del Señor Santacoloma.
Si existen algunas generaciones licenciadas de La Comercial de Deusto que no tienen ni idea de Macroeconomía, es mi culpa.

¡Qué de cosas estoy contando! ¡Menuda chapa! Pero bueno, estoy contándolo con cierto humor no?
Igual con estas historietas me acerco a vosotros algo mejor!

Mi año de Erasmus la verdad es que fue muy especial, muchas historias divertidísimas y muchos viajes por Europa. Lo disfruté a pesar de haber perdido a mi padre. Me abrió mucho la mente.

Me acuerdo de mis amigos Val y Poca, eran también como mis hermanos mayores.
Hablaban de dónde querían trabajar, y me sorprendía. En mi universidad nos enseñaban limitadas salidas después de la carrera:
- Banca de inversión si te gustaban las finanzas (te tenías que ir a Madrid o Londres)
- Empresas de marketing tipo Unilever o Danone (en Barcelona principalmente)
- O consultoría (Bilbao, Madrid o Barcelona).
Parecía que no existían muchas más salidas.

Mi amigo Val decía que a él pensaba trabajar en una discográfica en Canadá, porque a él siempre le ha gustado la música (de hecho ahora tiene un grupo al que creo que le va genial).
Sus padres vivían en Moscú y cuando les iba a visitar, nos traía decenas de botellas de diferentes vodkas que catábamos cual expertos y nos daban pequeños dolores de cabeza pero muchas risas.

Yo tomé el camino de la Consultoría, me atraía la idea de poder trabajar en diferentes proyectos y me atraía la idea de "meterme caña" y exprimir mis conocimientos.
Así fue como empecé en la oficina de Bilbao, pero viendo que había más proyectos y más movimientos en Madrid, me mudé allí con mis viejas amigas de toda la vida.
Los años de Accenture fueron como un MBA en Harvard pero extendido a la vida laboral y durante 6 años. Aprendes muchísimo, dedicas las horas de tu vida a ello, y el cerebro se estruja para ser capaz de entender la casuística de cada sector, cada empresa, cada equipo de trabajo.
Aprendes a adaptarte a todo.
Pero si no aprecian el esfuerzo que dedicas y no te lo recompensan, acaba siendo muy jodido.
Yo ya estaba cansada de estar encerrada en una jaula de oro. Quería volar.

Este blog nació en mi segundo año en Accenture, cuando estaba en un proyecto en Telefonica, mi compañero Alejandro, siempre a la última en tecnologías, me enseñó cómo crear un blog y me abrió al mundo de Twitter. Eso fue hace...7 años!
Antes este blog se llamaba "Los mundos de iupi", pero tras mi primer viaje a Costa Rica, en Julio del 2013, lo renombré "Karikakos", como esos cangrejos ermitaños que correteaban por las playas ticas.

Desde esa visita a Costa Rica, las alas de mi pajarito interno quisieron volar.

Desde entonces pues han pasado muchísimas cosas! Me fui a Byron Bay, y ahí fue donde empecé a descubrir otra faceta del mundo (estando literalmente en la otra punta del mundo).
Descubrí muchas cosas tanto dentro como fuera de mí.

Espero que con estas palabrejas hayáis sonreído, y preparaos para un Karikakos moderno con página de Facebook!
Mi idea es compartir varios posts (más cortos  que éste) al día.
Iremos viendo cómo va mi inspiración y por dónde va guiándome la montaña de la vida.

Subid a la nave que nos vamos a Plutón!!!

Un abrazo,

Sofi.






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