Friday 12 February 2016

En Europa

Uy Hola!

Viernes 12 de febrero del año 2016, ya empiezo a superar el jetlag, y mágicamente me despierto prontito y con ligeras ganas de guerra. Bueno...guerra guerra no; pero con ganas de hablar por escrito.

En mi lista de tareas por tachar (ahora que POR FIN tengo otra vez una mesa con todas mis frikadas alrededor) tenía pendiente escribir sobre Europa.
Empecemos por el segundo tema.
Empecemos mientras diluvia en el Pais Vasco.

Y para empezar, quería mencionar ese refrán sobre árboles y bosque. Procedo a visitar la web del Instituto Cervantes, para confirmar que la tengo correcta en la cabeza.

Aquí el link (no, no me ha patrocinado nadie del Instituto Cervantes):

http://cvc.cervantes.es/Lengua/refranero/Ficha.aspx?Par=58990&Lng=0

El caso es que la frase que quería utilizar como habréis podido ver en el link, es "Los árboles no dejan ver el bosque". Cuando estás tan enfrascado en el tronco o la rama del limonero, que no eres capaz de hacer zoom cual dron con una cámara, y ver todo el bosque en el que te encuentras.

Y esto lo relaciono con el hecho de viajar; no tanto con las maletas y cruzando fronteras; sino también mentalmente con ese dron virtual.

Y con ello, me centro en el tema. Unión Europea.

Sales de tu continente, y si tienes los sentidos abiertos, aprecias las grandes diferencias entre países y culturas.

La primera vez que visité Australia, me resquebrajó muchos parámetros que tenía programados en mi cabeza.
Uno de ellos fue mi..."disciplina europea".
Es largo de contar, pero tanto mis compañeros de casa franceses como yo, mirábamos con ese recelo característico nuestro; las muestras de confianza entre los habitantes de Byron Bay. En mis 3 meses de vida allí, mi educación europea se sorprendió sin límites.

Enseñada y adoctrinada en un Colegio Francés donde la disciplina y el respeto al rigor son primordiales; unos breves años entre monjas Irlandesas; guiada en una Universidad privada de Jesuitas; y un trabajo en Accenture donde la jerarquía estilo americano se tiene que respetar para que los proyectos funcionen; rodeada de naturaleza Aussie mis ojos estaban como platos día tras día.

Pero sobretodo, la libertad que me había regalado a mi misma por no tener que obedecer ni a los profesores de los colegios, ni de la universidad, ni a los jefes.
Cuando un lunes tras otro tras otro, el tiempo es tuyo, para gestionarlo a tu forma.

Y tras otros viajes por el resto de Asia, volví a mi tierra natal medio enfadada con esos parámetros programados.
Como refunfuñando ante esa rigidez y sobretodo obediencia.

Y vuelvo a Australia, en este caso a Sydney, a probar esa ciudad que me imagino os habéis dado cuenta, pero tiene casi las mismas letras que "Disney". Una experiencia de película con esa grandiosidad Aussie. Una pelicula hollywoodiense a veces difícil de digerir con dignidad.

Y entonces estando allí, veo Europa con otros ojos.
¡Qué importante es darle el tiempo al tiempo eh!
Las ideas se reposan, toman forma, y se estructuran.

Y de repente me enorgullezco más que nunca de ser europea. gual se me baja el romanticismo de un continente, y se lo entrego a otro. No lo se.

Me acuerdo de mis meses de Erasmus (intercambio europeo) cuando estudié el último año de universidad en Bruselas. Con 20 años, fue la primera vez en mi vida que realmente sentí formar parte de la Unión Europea.
Con la cantidad de sedes de la UE que se encuentran allí, digamos que "me empapé de los colores de la bandera". Se respiraba ese ambiente por la ciudad y por la gente que conocías que trabajaba en alguna de las instituciones.

Ha pasado mucho tiempo desde mi Erasmus, y esa sensación obviamente se va diluyendo.

Pero ahora que es un tema candente y la unión está en el punto de mira, yo sinceramente, me vengo arriba. (Cual salmón, parece que siempre voy a contra corriente)

Me pongo el sombrero de abogada del diablo, y decido confiar en una Unión de Europa como concepto. Como continente.


Es dificilísimo crear una unión de países absolutamente variopintos; con años de antigüedad y sus variadas formas de pensar, arraigadas y tatuadas de generación en generación.
Una unión de países con niveles de PIB a diferentes escalas, con valores y prioridades muy diferentes.
Una orografía que marca las grandes diferencias regionales, de recursos, y las bases de cada economía y tejido empresarial.
Las estructuras bancarias y sus balances también varían.
Y no se puede ni se debe homogeneizar.

- Para mi, veo una Europa en Unión como referencia, como cúpula experta, tecnócrata y aglutinadora de conocimiento, expertise y asesoramiento que marque el rumbo a seguir y ayude a los países a no perderse en la inestabilidad de los mares.
- Aligerar el elefante institucional, con organismos lo más ligeros y flexibles posibles (dentro de la complejidad), y lo más objetivos posibles. Cerrados a intereses externos, y cuya prioridad es el correcto asesoramiento económico, político, social para el funcionamiento armonioso de los países miembro hacia su prosperidad.
- Una especie de lugar de encuentro fresco, innovador, joven donde compartir la sabiduría de cada país en la gestión de sus temas más importantes; y poder colaborar con el conjunto de la unión común.
- Pero permitiendo mayor decisión de las comunidades locales en una serie de asuntos a gestionar de manera territorial, y analizar qué asuntos interesa más delegar a una unión que asegure una reducción de costes de inversión.
- En mi opinión el criterio de asignación debería ser las Economías de Escala; es decir, delegar a la unión (o llámalo x) los retos cuya inversión, un país de manera individual no puede liderar, ni financiar. Sin embargo con uniones (incluso flexibles) de países, se puede llevar a cabo.
- Hablando de uniones flexibles, es interesante este punto. Una especie de "bolsa de proyectos" donde países interesados se pueden unir a invertir porque su situación económica o productiva se lo permite. Sin embargo, otros países en situación más precaria, deciden no participar; sin embargo puede que se unan a otros retos de innovación social, regeneración urbanística, modernización de la vida cultural, etc.

- Es importante analizar también el destino de los fondos europeos, su administración, y recalcular la circulación monetaria tanto ascendente como descendente desde las autoridades nacionales a la autoridad supranacional.

- Analizar y redefinir los poderes supranacionales que se otorgan a la Unión Europea y a qué organismos de la misma.



Existe también mucho camino por recorrer en cuanto a "sentirnos europeos".
No es fácil.
Soy española, y a pesar de que el clima y la forma de ser en el Pais Vasco se puede asemejar a países del Norte de Europa; mi sangre es pasional, impulsiva y así actuamos algunas o algunos en este país.
Nada que ver con los países nórdicos, por ejemplo.

Pero en la complementariedad se encontraría el éxito.



Uno de los errores europeos a nivel social, ha sido el pasarnos de vueltas. Esa autoridad disciplinaria casi se nos ha ido de las manos, tan exigente que al final todos los pajaros encarcelados en jaulas.

Muchas ideas concentradas en un post, por supuesto.
Pero mientras no pueda tener una conversación con nadie sobre un asunto así, creo unas líneas con palabras, las comparto e igual me siento mejor!

Al que no le guste, Sorry not Sorry.
Al que le guste, Gracias.

Os dejo, voy a ver si encuentro TRA-BA-JO (dicho en tono horriblemente peliculero).


Sofia.

PD: Hey Merkel!



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