Tuesday 20 March 2018

La flor arriba y abajo

Con esto de que hoy es el día de la felicidad y además esta tarde damos por fin la bienvenida a la primavera 2018, hablemos de huertos.

¿De huertos?

Bueno, de lo que sea con tal de canalizar un poco las pequeñas pesadillas que he tenido esta noche.

Nada, que es el día de la felicidad! Que no podemos hablar de pesadillas!

Pero ¿puede alguien, aunque sea un sólo ser perdido en una montaña en Nepal, apreciar o entender lo extenuante que es que te revienten una y otra vez tus cultivos, tus flores, el jardín con todo?

Toda tu vida plantando semillas, tu terreno, plantitas tropicales de por aquí, pequeños capullos por allá, troncos vascos, nuevas pruebas, técnicas que encajan, combinaciones de flores de colores, crecimientos a diferentes alturas, terrenos curiosos sin entenderse de dónde vienen, rastrillos mal interpretados, y un sinfín de arados!
Y nada, ahí vas, cual cangrejo ermitaño, con la casa a cuestas; con tu jardín plantando, regalando flores, o lo que vaya surgiendo.
Pero entonces por la razón más poderosa jamás suficientemente justificada, te revientan el jardín una y otra vez.
No es que te maten a ti con tu casa a cuestas y el jardincito incluido.
No, te dejan viva mientras te arrancan, pisotean, roban y/o escupen todas las flores, frutos, verduras; y cualquier tipo de brote verde que pueda crecer en tu terreno.
No es victimismo, es jardinería objetiva.

Sigues plantando con lo que queda, te siguen reventando el garito. Maroto, el de la moto y más y más. Todos tienen mágicamente la oportunidad de robar, escupir, arrancar y pisotear.
Hola, este jardín es propiedad privada, ¿cuántas veces se lo tengo que repetir?
Ya tan mal acostumbrados todos, tan cómodo, que difícilmente alguien se lo cuestiona. Parece terreno público cuando no!

Triple esfuerzo es poco, energía que sale de las pocas plantas que pueden seguir vivas, infinidad de técnicas; vallas más altas, procesos de seguridad en la entrada, terrenos secretos, trampas de acceso, o dejar en barbecho durante un tiempo, así por lo menos no tienen nada que destruir, "cerrado por obras".
Pero da igual, unas y otros se cuelan por los lugares más ridículos, por donde calculan, por donde planean con inmadurez, la ya acostumbrada destrucción; en nombre del Excel de la Jardinería, pisotean todo y más, agujerean el terreno, y que ahí no crezca nada que yo me pueda quedar para replantar.

Eso si, todo el mundo asomando a la verja a ver qué pasa, disfrutando de cómo roban las flores para ponérselas luego en la cabeza y demás parafernalia. La burla, la humillación, la falta de respeto de una sociedad enferma que es eso lo que mejor sabe hacer.
Viene el inspector de Hacienda, que tengo que dar frutos y que mi jardín florezca como el Excel que Hacienda dicta. Claro! Ahora mismo además. ¡Viva el Excel que dicta Hacienda!

La burla, el miedo, la cobardía o la mentira; engañan a la comodidad de las masas. Masas articuladas para tener miedo a la verdad, para ahuyentar su propia salvación. La estrategia Estocolmo...digo...el síndrome de Estocolmo no lo tengo yo, sino la sociedad entera que aplaude a sus propios secuestradores, a los dirigentes de las máquinas que les utilizan como piezas esclavas. Mientras temen y ningunean a quien les intenta soltar esas cadenas. Que todos juntos somos las máquinas, no lo ves.

¿De verdad más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer?

Una cosa es que la naturaleza llegue con sus temporales y destruya la cosecha del terreno.
Y otra muy distinta es que el propio ser humano la destruya y reviente conscientemente.
Ya vendrá Paco con las rebajas, ya vendrán los temporales de verdad,
¿para qué el ser humano ha aprendido a crear borrascas en vez de anticiclones?
¿Dramas, crueldades en vez de venturas, dichas?

Que gusto da la gente que descomplica las cosas; que infierno la gente que complica lo sencillo.

Con lo fácil, lógico y simple que en realidad es todo...qué necesidad hay de reventar lo mejor de la primavera. Lo mejor del jardín del vecino.


Porque todo encaja. Porque si eres capaz de mirar tu jardín con perspectiva, veras cómo encajan el resto de huertos del puzzle, y cada jardinero muestra de qué está hecho, sus técnicas y/o sus semillas.

Y seras capaz de visionar con antelación, cómo evolucionarán los cultivos de los terrenos que cruzas en el camino de la vida superviviente. Y decidirás entonces si quieres unos frutos u otros, unas técnicas u otras, unas semillas u otras.

Mezcla de reflexiones disimuladas*, flores para todos.

A seguir cultivando, "refertilicemos" los terrenos ! ! !

S.


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