Y voy a hablar de esta peligrosísima rabietadesde mi limitado conocimiento político, pero con mi propio razonamiento que generalmente se mezcla de pura lógica, intuición, y comportamiento humano.
Dado que vuelan en mí varias ideas de diferente tipología, voy a escribir a modo "bullets". Enumerándolas y sin ánimo de llegar a ninguna conclusión estratosférica, sino abriendo el debate en diferentes ámbitos no sacados a la luz:
- La confrontación dentro de España obviamente nos debilita a todas y todos. A toda la ciudadanía.
La unión nos hace fuertes y la desunión por supuesto nos destruye. Para los seguidores de las teorías conspiratorias, sabrán perfectamente que toda esta guerra por la independencia catalana es una de las mejores armas del, digamos, Nuevo Orden y su fantástica campaña de destrucción cultural, económica, social y humana. Así que todos los "trendy" independentistas que se auto etiquetan de alternativos, con toda esta lucha están apoyando a ese "Establishment" muy por encima de Rajoy & Co.
- Las etiquetas. Creo que a día de hoy son el mayor peligro en nuestra sociedad, el mayor obstáculo a cualquier tipo de avance, evolución o progreso. Un abanico que se reduce a: eres facha o eres independentista.
Puedes llegar a tener 700 whatsapps viniendo del grupo de primos, de amigos, de compañeros de trabajo, el equipo de esgrima o de los coleccionistas de sellos. Pero luego a la hora de relacionarte con la gente, las etiquetas a nivel político son esas: facha o independentista.
Y a partir de ahí se organiza una pachanga de fútbol entre los fachas y los independentistas que organizan ellos mismos, unos con sus colores, otros con los suyos, pero exactamente las mismas técnicas de juego dictatoriales.
Los "fachas" imponen su fuerza jurídica (que no política) e intentan bloquear cualquier tipo de avance del enemigo. Y por otro lado los independentistas, que se auto nombran representantes de la calle, hablan falsamente en nombre de todos, sin importarles por lo que luchan: el bienestar de su regió;, por lo tanto de TODOS sus compatriotas (independentistas y no independentistas).
Entonces claro, los que hacemos el esfuerzo de crear otras etiquetas posibles, observamos asustados, desorientados y/o aburridos, ese partido de fútbol que sigue siendo un perfecto espectáculo para debilitar y mostrar a los cuatro vientos, por el mundo entero, la debilidad política española y la inmadurez tan peligrosa de nuestra sociedad.
- Falta de información. No vengo aquí a iluminar a nadie. Pero sí a recordar que vivimos en la era de los titulares. Recibimos muchísima información, muchos pequeños datos que se graban en nuestro cerebro y creemos verdaderos. Pero que sin embargo carecen de peso, de verdad, y que si rascas o razonas, descubres un mundo completamente diferente de verdad y lógica.
Leemos sobre el referéndum, y cuando uno chuta, el penalti de los fachas, las impresoras, las papeletas...Pero ¿se sabe, a nivel general, lo que ocurre de verdad? Que no existe un mínimo de participación de los ciudadanos. Si acuden, por ejemplo, 1.000.000 de personas a votar, y de esas, imaginad, todas votan a favor del referéndum; este será una victoria aplastante y Cataluña se declarará independiente automáticamente.
Sin embargo esta región tiene 7.5 millones de habitantes. Es decir, los 6.500.000 catalanes que no están jugando la pachanga de fútbol y no han acudido a votar (por las razones que les salgan de las pilotas), ven como la Comunidad Autónoma en la que viven se va a independizar por su propio bien pero sin tener en cuenta su propio bien. Qui raro.
- El Anti. Si hablamos de fútbol, yo soy del Athletic de Bilbao, y la verdad que no me terminan de gustar ni el Real Madrid ni el Barça. Siempre he pensado que han llegado a un punto empresarial donde priman los negocios de fichajes, ventas de camisetas y puro marketing, más que fútbol que te hace vibrar las entrañas.
Cuando viví en Madrid, me sorprendía muchísimo cómo había gente que afirmaba no ser futbolera, pero que sin embargo eran anti Barça. Y lo mismo pasa en Cataluña, muchos no son futboleros pero son anti madridistas.
¿Puede ser este razonamiento más ridículo?
Y a su vez, ¿no demuestra claramente un síntoma de asquerosa enfermedad de nuestra sociedad?
"No me gusta el fútbol, pero que se jodan los catalanes". "No soy futbolero pero que mueran los madridistas". "Ole", "bravo".
Bueno, pues si fácilmente lo escalamos a política, tenemos el monotema del siglo. El referendumcito. Sin pies ni cabeza, una auténtica chapuza, "pero que se jodan los fachas" sería la lectura.
Un "aplauso" a la madurez de nuestra sociedad, patética.
- Ni pies ni cabeza. Ya no solo entramos en el referéndum en sí y su falta de "homologación" para que sea real y certero. Sino la independencia en sí de Cataluña.
Recuerdo que hace unos años leí que había colegios públicos catalanes que habían tenido que cerrar los comedores porque no podían alimentar a sus alumnos. Y no quiero dictar sentencia con ello, pero vamos, que las cuentas de la Generalitat estoy segura de que no respiran en absoluto airosas y tan fabulosas como quieren hacer vender.
Os recomiendo leer este artículo de El Confidencial donde detallan en partidas económicas las consecuencias de la posible secesión:
https://blogs.elconfidencial.com/economia/el-disparate-economico/2017-09-18/cataluna-independencia-economia_1445015/?utm_source=twitter&utm_medium=social&utm_campaign=BotoneraWeb
Resumiéndolo: las cuentas de Cataluña se descalabrarían.
Empezando por el pago de pensiones, deficitario, que tira del Banco Central Europeo para cuadrar. Sin BCE, los 1.68 millones de jubilados perderían un 21.5% de sus pensiones.
Cataluña perdería unos 6.000 millones de euros de las multinacionales de alimentación y farmacia que importan del extranjero para distribuir al resto de España. Es decir, las sedes y/o centros logísticos de esta tipología de empresas se desplazarían a otras regiones.
No existe una región en el mundo que exporte tanto al resto de su propio país (España). Venden a España mucho más de lo que compran. Concretamente exportan 61.000 millones e importan 43.000 millones. Un superávit de 18.000 millones que a la hora de la independencia, se vería tremendamente debilitado por aduanas y aranceles que harían los productos mucho menos competitivos.
Dicen que "España les roba", y yo diría que España les compra. Pero es que además tienes a 278 altos cargos catalanes que se han auto definido un salario más alto que el de Rajoy.
Y estos son sólo unos puntos que he extraído del artículo, pero que dan lógica a la ridiculez de una independencia que obviamente no les va a beneficiar en absoluto.
- Ira. El problema que yo veo de todo es que hay una ira y un odio al PP y a lo que los independentistas llaman "fachas", que está claro que es necesario que canalizar. Que los "iluminados" catalanes llevan prometiendo una independencia desde hace años, como arma política o como tendencia borreguista sin replantearse otra opción. Y es cierto que esa desazón y esas ansias de sentirse diferente (porque al final es lo único que busca la independencia), tienen que explotar o saciarse. Y ahí es donde difícilmente veo una solución. Porque lo que mi lucidez me pide es que obviamente se sienten unos y otros a negociar y hacer un planteamiento coherente de ventajas para Cataluña, sin romper su unión con España y con el resto de países del mundo.
No quiero tirar de "he venido aquí a hablar de mi libro", pero el concierto económico que tenemos en el País Vasco nos dota de ciertas ventajas de distribución de renta y decisiones que en parte calma el odio al PP que lleva demasiados años no haciendo ningún bien a nuestro país.
No es en absoluto una situación fácil, pero su gestión en mi opinión está siendo patética y me da vergüenza ajena. La falta de profesionalidad de los políticos de nuestro país no deja de confirmarse, y la ciudadanía sigue tirando de tópicos.
Y con esto me despido, si alguien está interesado en leer más, suelo comentar o compartir artículos en Twitter.
Nos "vemos" otro día!
Sofia.
PD: mi libro no es igual que los posts de mi blog, por cierto. Se lee mucho más ameno, obvio!
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