Matilda vuelve

En el colegio donde la directora quiere quitar el recreo, las votaciones han concluido, muchos niños han sido castigados por no querer ir a votar, y tal y como estaba planeado, la directora ha concluido que va a eliminar el recreo.

Las alumnas y alumnos del colegio se han puesto muy tristes, no entienden nada, ellos estaban bien así. Querrían tener más columpios y jardines o huerta para jugar en el recreo, pero ¡NO que se lo quiten!

Los profesores se indignan, saben lo mucho que necesitan sus alumnos salir al aire libre de vez en cuando, y no consiguen digerir cómo se ha llegado a esta situación tan desastrosa.

Las madres y los padres en general están de acuerdo, raro, pero les parece que les va a venir muy bien a sus hijas e hijos pasar más tiempo en clase, así estudian más y hacen más deberes.

Las maestras y maestros que son los que diariamente están con las niñas y los niños, saben que ni la directora ni las familias conocen bien de lo que están hablando; y deciden que tienen que parar la eliminación del recreo como sea, antes de que sea una catástrofe que lleve a los niños a verdaderas tristezas difícilmente reparables y que les traumatice para siempre.

La directora empieza a observar las caras de los niños por los pasillos, empieza a abrir los ojos ante el lío, esas votaciones que ella misma ha inventado y decorado para que salga como a ella le interesa. Y sigue insistiendo en que las votaciones están perfectas y son perfectamente fiables. ¡Menuda mentira!

Ella empieza a darse un poco de cuenta de la gravedad del asunto, muchísimos alumnos se han cambiado de colegio, otros han dejado de ir a clase y los pocos que quedan ya ni juegan ni ríen en el recreo.
Las familias a las que les gusta mucho hacer los deberes y quedarse en clase, siguen insistiendo para que la directora siga adelante con la eliminación del recreo. Los demás colegios a pesar de interesarles esta iniciativa porque reciben más alumnos, miran atónitos a esta directora de nombre Señora PeloPlaymobil, por haber tenido tal ocurrencia y haberla organizado tan mal.

Todo el mundo habla de este colegio, pero nadie parece ayudar de verdad a que la normalidad vuelva a los pasillos y las aulas. Que la atención y el esfuerzo se centren en los temas de verdad importantes, que tristemente siempre es el dinero.

Pero lo único que están haciendo es destruir todo, el dinero, la ilusión, la alegría y hasta la inteligencia de los demás.